Comer las uñas es un habito relacionado, normalmente, con crisis de
ansiedad y de autoestima. El organismo sufre con los microorganismos que
son ingeridos al llevar las uñas a la boca y los dientes también se
deterioran.
Además de los problemas de salud que este pésimo habito ofrece, la parte
estética también queda comprometida; con las uñas mordiscadas, las
pieles sueltas y heridas con sangre es imposible conseguir una manicura
perfecta. Si sueñas en tener unas uñas preciosas y dejar esta costumbre
en el pasado, te enseño algunos trucos diferentes y que realmente
funcionan:
Identifica los momentos en que te despiertan las ganas de comerse las
uñas. La mejor forma de acabar con esta costumbre, es entender que
manifiesta esta ansiedad. ¿Comes las uñas antes de una reunión, en el
trafico o cuando tienes que tomar decisiones importantes? Saber la causa
del problema te ayudará a inventar una manera de acabar con él o buscar
la ayuda de un profesional.
Mantenga las uñas cortas, para evitar que se enganchen en ropas u
objetos, acabando con las ganas incontrolables de arrancar un trocito y
dar inicio a todo otra vez.
Haga la manicura semanalmente, es un gran incentivo para la chicas que
quieres dejar la costumbre. Cuando vez tus uñas bonitos y una manicura
bien hecha, pensarás dos veces antes de ponerte a comer las uñas y
pielecitas.
Hay esmaltes con sabor amargo, que te ayudan a recordar que no debes
morder los dedos y comer las uñas. Quien tiene este hábito puede perder
la consciencia de lo que está haciendo y este tipo de esmalte ayudará en
el proceso de rehabilitación.
En vez de comer las uñas, masca un chicle, este movimiento puede
funcionar como alternativa a la ansiedad. Sin embargo, no es una
solución definitiva, lo que debes hacer es identificar la causa de esta
ansiedad y evitar o resolver las situaciones que provocan este estado de
ánimo.