Es uno de los problemas a los que se enfrenta el cutis una vez pasada la
menopausia: la piel se muestra mucho más seca en un buen número de
mujeres.
¿Por qué?
Los culpables son los estrógenos. Tras la
menopausia, se producen menos y, en consecuencia, disminuye la secreción
sebácea. Tanto es así que hasta las pieles más grasas tienden a
mostrarse más secas.
¿Qué se puede hacer?
Es el momento de
pasar a cremas más untuosas, capaces de atrapar el agua y sellarla en la
piel, potenciando la labor barrera. Pero no sólo los productos de
tratamiento deben ser más ricos: también las limpiadoras y los tónicos.
Hay que buscar cosméticos no irritantes ni astringentes, e intentar
aumentar el grado de humedad ambiental con pequeños trucos como plantas o
humidificadores. Los complementos alimentarios para piel son también
excelentes para mejorar el estado cutáneo tanto por dentro como por
fuera. Y, además, los cosméticos con fitohormonas contribuyen a suplir
esa carencia natural.