Viene el frío y mi cara se vuelve rojísima y mi nariz como la de Rudolph, ¿qué puedo hacer?
El frío y el ambiente seco del invierno contribuyen a que ciertas pieles sensibles y atópicas se enrojezcan fácilmente, sobre todo, en la zona nasal y los pómulos.
"En el caso de que tengas la piel atópica o sensible es fundamental mantener una buena hidratación cutánea. Tampoco debemos olvidar aplicar un fotoprotector solar, si vamos a estar expuesto a los rayos ultravioletas del sol", recomienda José Luis López Estebaranz, Jefe de Servicio de Dermatología del Hospital Universitario Fundación Alcorcón y miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV). En pieles con cuperosis o rosácea, poner freno al enrojecimiento facial es más difícil, como explica el Dr. López, "se deben evitar los cambios bruscos de temperatura ambiental y conviene hidratar la piel con productos especiales para pieles sensibles (sin conservantes ni perfumes) y también utilizar un buen fotoprotector solar si nos exponemos al sol". Para aquellos casos que presenten "evidentes dilataciones vasculares (capilares y telangiectasias) es recomendable la utilización de láser vascular e IPL (Luz Pulsada) para eliminarlos", añade López.