Te contamos tres formas simples de manejar esta estrategia para convertirla en tu arma secreta, ¡más infalible!
Demostrate que estás equivocada
Estás muuuy molesta por algo pequeño que él hizo. Ahora, pensá bien: ¿es “eso” lo que realmente te saca de las casillas? A lo mejor, hay algo que te está carcomiendo la cabeza en un nivel más profundo. Si descubrís de qué se trata, podés revertir tu pensamiento y estar menos molesta. Primero, preguntate por qué estás enojada. Por ejemplo: él demora horas en responder a tus mensajes de texto y, entonces, asumís que no se preocupa por vos. Lo que tenés que hacer es encontrar una evidencia de que estás equivocada: puede ser ese e-mail que te mandó para desearte suerte en el examen o el llamado que te hizo después de que tuviste esa entrevista laboral tan importante. “Además, pensá que él puede tardar en contestar porque tiene que resolver algún asunto laboral urgente”, advierte la psicoanalista Cristina Castillo, del Centro Dos.
Moderá el chusmerío
Cuando nos reunimos con amigas, casi siempre hacemos catarsis de los problemas que tenemos con nuestra pareja. Y, obvio, sacamos a relucir los defectos de él. Esto no te hace ningún bien, al contrario: te predispone negativamente para el próximo encuentro con tu chico. “Hay que aprender a resaltar también las cosas positivas, porque cuando uno habla del otro también está hablando de uno”, explica Castillo. Así que, si vas a quejarte, contrarrestá el discurso con algo que te encante de él. Esta estrategia va a crear un equilibrio en tu mente que se trasladará de inmediato a la relación.
Invertí sus defectos
Buscale el lado positivo a cualquier aspecto de tu hombre que te saque de las casillas. ¿Es desordenado? Pensá de qué forma esto puede beneficiarte a vos. Probablemente, te deje tomar decisiones con respecto a la decoración del departamento, por ejemplo: a la hora de acomodar muebles y adornos, confiará más en tu criterio que en el suyo. Otro caso: tu chico no es muy conversador. “Siempre alguno tiene que ser un poco más calmo en la relación”, sostiene Castillo. Así, en situaciones problemáticas, tal vez te ayude a bajar a tierra. Al final, ¡él es casi perfecto!