Cierto es que con el frío que se avecina, da más pereza pensar en una
ducha a una temperatura fresca, pero para muchas personas, la ducha
matinal sigue siendo un método excelente para cargarse de vitalidad a
primera hora del día. Para potenciar al máximo su efecto vigorizante, es una buena opción
probar con la ducha bitérmica. Tal vez la vinculas con los spas o
centros de aguas termales, donde constituyen uno de los ejes de muchos
tratamientos, como la ducha escocesa, por ejemplo.
Pero también
puedes hacer tu ‘versión casera’. ¿Cómo? Es sencillo, tras la higiene
habitual, con agua templada, usa el agua, tan fría como puedas, para
recorrer el cuerpo de abajo hacia arriba, desde los tobillos hasta la
cintura, y desde las manos hacia el corazón, lo que estimula la
circulación y, por si fuera poco, contribuye a combatir la celulitis.
La
clave es la alternancia de chorros de agua fría y caliente y, eso sí,
el mejor momento para hacerlo es por la mañana. No seas perezoso... ¡te
llenará de energía!