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¿Por qué sucede?
El motivo más frecuente es la degradación de la cutícula o capa de protección exterior del cabello, que al desaparecer, lo deja, casi literalmente, al desnudo, débil e incapaz de aguantar las agresiones del lavado, el cepillado y el aire caliente del secador.
Plan de choque
Para restaurar los daños que sufre esa armadura natural, conviene usar siempre acondicionadores para cabello fragilizado, que devuelven parte de esas proteínas perdidas y ayudan a fortalecerlo desde el interior. Además, este programa se completa con muchos, muchos mimos: mascarillas reparadoras, cepillados suaves, tratamientos rehidratantes y, sobre todo, una retirada incondicional de los agentes agresivos, tales como tintes, permanentes o un exceso de sol..