
Cortas y finas. Te irán bien las máscaras que combinan base alargadora y color. La clave es ser parca al aplicar la base preparadora y extenderla sobre todo en las puntas, dejándola secar bien antes de extender el color.
Cortas y espesas. Lo tuyo son las máscaras alargadoras. Aplica la primera capa sólo en la raíz, déjala secar, y extiende la segunda en toda la longitud de las pestañas.
Largas y finas. Las fórmulas volumizadoras te pueden ir bien sólo si las utilizas aplicando capas muy finas, poco a poco. No descartes las alargadoras, aplicadas primero sólo en la raíz y, la segunda capa, sólo en las puntas.
Largas y espesas. Te irán bien las máscaras con cepillo en forma de peine, que consiguen una buena separación entre las pestañas. También son recomendables las fórmulas rizadoras, que curvan ligeramente el pelo.
Muy rectas. No dudes en recurrir a los rizapestañas, que a pesar de su aspecto de instrumentos de tortura dejan unas pestañas impecables. Además usa fórmulas o bien rizadoras o alargadoras, que no aporten demasiado peso.
Escasas. Existen dos buenas opciones. O bien usar una máscara doble, aplicando primero la base volumizadora, o elegir una fórmula con fibras sintéticas, que rellenan las pestañas y las hacen parecer mucho más espesas.