Son muchas veces, los grandes olvidados. Y sólo nos damos cuenta de lo importante que es que estén sanos cuando tienen algún problema. Los pies, encerrados durante todo el invierno, se toman un respiro en verano, cuando guardamos el calzado de invierno y recurrimos a las cómodas y, sobre todo, frescas sandalias. Y es que los pies sufren ¡y de qué manera! la elección del calzado que hacemos.
Según el reciente estudio publicado por ‘Arthritis Care & Research’, el 60 por ciento de las mujeres sufren de dolor de pies por los tacones y las sandalias de moda, y cuatro de cada diez afirman usar zapatos altos todos los días, según el último informe de la Asociación Médica Podológica Americana. Los hombres tampoco se salvan, ya que hay ciertas consideraciones que ignoramos a la hora de elegir nuestro calzado. La consecuencia de que sea el pie el que se ajuste al zapato en vez de a la inversa son dolores de espalda, de articulaciones e incluso de cabeza. “Los principales problemas vienen causados por la altura del tacón y por la estrechez en la zona de los dedos,” afirma el doctor Pedro Cosculluela, cirujano ortopédico del Hospital Metodista de Houston.
Pixmania.com (portal de comercialización de productos de consumo por Internet), recopila los siguientes consejos y aclaraciones a tener en cuenta a la hora de adquirir nuevo calzado que sea respetuoso con nuestra salud:
* La parte delantera del zapato debe ser flexible, pudiendo doblarse como las articulaciones de los dedos. Las populares plataformas que se han puesto tanto de moda son totalmente sólidas y, muchas de ellas, también oprimen los dedos, afectando a la estructura de nuestro cuerpo al caminar.
* Los zapatos no tienen por qué ceder siempre con el uso, por lo que debemos evitar comprarlos apretados.
* Se recomienda que la punta sea redondeada, para que el calzado se adapte a la forma del pie y los dedos y no al revés.
* El tacón no debe superar los 3 centímetros si vamos a usarlos a diario o a caminar mucho con ellos. Los tacones hacen que la postura del cuerpo se vea alterada, desplazando el peso hacia delante y resintiendo hasta el cuello.
* La suela debe ser gruesa para amortiguar los pasos y evitar la repercusión en las articulaciones. Para evitar inoportunos traspiés y sus consecuencias, siempre es preferible que el calzado cuente con una suela antideslizante.