La elección de la temperatura es algo muy personal y, de hecho, seguro que en la peluquería te han realizado más de una vez la pregunta '¿está el agua demasiado caliente?'. Y es que cada persona tiene sus preferencias, pero aún así, conviene que sepas que lo ideal es que el agua esté tibia.
¿La razón? Si se encuentra demasiado fría, no se consigue eliminar la grasa, pero una temperatura excesivamente elevada puede crear una producción extra de sebo natural. Para conseguir un brillo extra, puedes hacer el último aclarado con agua fría, algo que ayuda a cerrar la cutícula y, con eso, que refleje más la luz.
Y además...
-Antes de iniciar el lavado, es importante que el pelo esté totalmente mojado.
-No conviene excederse en la cantidad de champú, algo que sólo sirve para dejar residuos. La cantidad de espuma que se produce no determina la calidad del champú, sino los agentes espumantes que contiene.
-Además, procura no enredar el cabello al aplicar el champú, ni hacer esos típicos e innecesarios gestos circulares que sólo contribuyen a hacer nudos en el pelo. Es mejor realizar un gesto de pinza oponiendo el pulgar contra los dedos restantes, y siempre con gestos de arriba hacia abajo, para cerrar la cutícula.