
- Evitar las limpiadoras muy agresivas y pasarse a las leches desmaquilladoras.
- Abandonar los tónicos exfoliantes o con alcohol.
- Espaciar el uso de cremas con retinol o con ácidos.
- Recurrir a productos hipoalergénicos.
- No abusar de limpiezas, exfoliaciones o demás procedimientos agresivos.