Las cirugías estéticas han ganado un lugar de muchísima demanda en los últimos años, y cada vez son más los hombres y mujeres (especialmente) que se someten a intervenciones que les permitan cambiar su aspecto. El gran problema es que muchas veces no se piensa en los riesgos de este tipo de operaciones, y no se relaciona directamente a las cirugías estéticas con los inconvenientes de salud, cuando en realidad forman parte del mismo todo.
Lo primero que hay que tener en cuenta al momento de hacerse una cirugía estética es que se trata de un procedimiento de gran peligro, al igual que cualquier operación de carácter meramente clínico. Hay que entender que es el cuerpo el que está en juego y que está expuesto a diversos riesgos. A continuación les contamos cuáles son.
Especialistas que no están autorizados
En la actualidad existen muchos establecimientos que cobran menos dinero que otros (las cirugías estéticas por lo general son caras), pero que no cuentan con la habilitación correspondiente ni con el personal idóneo para trabajar. En muchos lugares del mundo (especialmente en Sudamérica) se han dado casos de personas fallecidas tras someterse a una operación en una clínica estética clandestina.
Si realmente están convencidos/as de realizarse una cirugía para modificar determinados aspectos de su cuerpo, busquen profesionales capacitados que trabajen en instituciones de renombre. El precio será más alto, pero los riesgos son mucho menores.
Problemas post-cirugía
Las intervenciones más comunes dentro de las clínicas estéticas son el implante de mamas, la rinoplastia (operación en la nariz) y la eliminación de várices en las caderas y el abdomen. En el primer caso, el principal riesgo está en la utilización de implantes que no son de la mejor calidad. En dichos casos la paciente puede experimentar fuertes dolores en los pechos, y el mayor riesgo está en que el implante se desinfle o se rompa y esparza su relleno siliconado dentro del cuerpo.
Las rinoplastias suelen realizarse en personas que presentan problemas respiratorios, aunque ha cobrado mucha importancia en el marco de la medicina estética. Los principales inconvenientes de las cirugías de nariz están en la desviación del puente nasal, la mala terminación de la cirugía o el bloqueo en las fosas nasales que no permite respirar correctamente.
En el caso de la eliminación de várices el problema es mucho más complejo, ya que se pueden producir lesiones directamente sobre la piel que no pueden ser revertidas. En los inconvenientes anteriores se puede apelar a la cirugía para corregir los problemas de mamas y en la nariz, pero cuando se “arruina” la piel no hay mucho más por hacer, ya que la zona queda demasiado sensible como para ser expuesta nuevamente a una intervención quirúrgica.
Fortaleza psicológica de los pacientes
Los médicos especialistas en cirugías estéticas no deben realizar las operaciones sin chequear un poco el “background” de cada paciente. No sólo se deben realizar estudios que permitan comprobar la ausencia de problemas físicos antes de las intervenciones, sino que también hay que chequear el estado psicológico.
Muchas personas acuden a los centros estéticos buscando una salida a diversos problemas como la depresión y la baja autoestima. Sin embargo, lo que necesitan es contención psicológica y no una operación para cambiar su aspecto. Los problemas relacionados a la psiquis pueden empeorar si cuando salen de la sala de cirugía se encuentran con que la intervención no los hizo sentir mejor.