Últimamente, cada vez que mirás un programa de chimentos o leés una revista te enterás de que una pareja famosa se fue al tacho. Suponemos que nada debería arruinar el “fueron felices y comieron perdices” de las más lindas de Hollywood (como Sandra Bullock o Kate Winslet); sin embargo, hasta ellas sufren desengaños. Seguramente te preguntás: “¿Cómo puede ser que se haya casado convencida de que él era el hombre de su vida y recién ahora se dé cuenta de que la pifió tanto?” No sos la única preocupada: en una encuesta reciente que hicimos on line, casi dos tercios de las mujeres consultadas admitieron que tienen miedo de terminar divorciadas como resultado de una mala elección.
Buenas noticias: los especialistas aseguran que si antes de comprometerte evaluás algunos puntos claves, es posible evitar la pesadilla de terminar en los tribunales. “Si repasás determinados aspectos de la relación y de la personalidad de tu novio, podés inferir cómo será en el futuro, además de evaluar en qué medida él responde a tu ideal de marido”, explica el psicólogo Marcelo Passini, de la Fundación Foro. Los expertos dan seis claves para detectar si ese chico amoroso es el hombre de tu vida... o si está más cerca de convertirse en tu ex marido.
Prestale atención a su pasado
¿Algún capítulo de la vida de tu novio te preocupa, porque sentís que no coincide con su imagen actual? (Una infidelidad con una pareja anterior, un episodio policial, un vicio, un escándalo). Pensá seriamente si tu relación con él podría sobrevivir si se repitiera aquello. Sabelo: existen altas probabilidades de que los malos hábitos reaparezcan.“El pasado es una buena herramienta para predecir el comportamiento futuro. Deberíamos concentrarnos en conocer determinados detalles, como cuántas novias tuvo y por qué rompió con ellas. Desconfiá si cuenta sus noviazgos como si hubiera sido víctima de malas mujeres que lo usaron y lo maltrataron: si lo hace es porque no asume la responsabilidad que él tuvo en eso”, asegura la psicóloga Carmela Rivadeneira, del Centro de Terapia Cognitivo Conductual y Ciencias del Comportamiento (CETECIC). En el caso de que su currículum sentimental sea una saga de continuas aventuras y poco compromiso, quizá te tiente la idea de ser la mujer que le haga sentar cabeza. “Si bien el pasado de él no siempre debería ser determinante ni condenatorio, hay que tener en cuenta esas conductas que llaman la atención”, sugiere Passini.
Claro que la gente puede cambiar. Muchos hombres que hoy son maridos y padres ejemplares fueron grandes “piratas” unos años atrás. Entonces, tenés que descubrir si ese capítulo turbio de su pasado fue algo del momento o si responde a un rasgo oculto de su personalidad. “Hay varones que frente al compromiso deciden cambiar y otros que, por distintas características, no pueden ponerle fin a lo que ya incorporaron como un estilo de vida”, dice el especialista.
Si hay cosas en su pasado que no te convencen, tomá el toro por las astas: preguntale por qué lo hacía. Si te da explicaciones vinculadas con temas de su pasado que ya no tienen vigencia (te cuenta que iba mucho a fiestas porque un compañero de la facu era DJ, por ejemplo), esa es una clara señal de que fue algo momentáneo.
Pero si lo que generó su conducta puede regresar a su vida fácilmente (“salía mucho porque estaba estresado y así me distraía”), eso significa que los hábitos pasados responden a su personalidad. Es probable que mientras dure la etapa del apasionamiento (los especialistas aseguran que no se extiende más allá de los 18 meses), él se esfuerce por ocultar esos rasgos que podrían alejarlo de vos. Pero pasado ese tiempo, seguramente se relajará. Es probable que en ese momento surja el conflicto.
Hacete cargo de lo que necesitás
Te encanta que tu novio sea cariñoso o que se vista con toda la onda. Eso está genial, siempre y cuando no estés tan deslumbrada por esas características que pases por alto que él carece de otras que considerás fundamentales.
“Es bueno armar un identikit del hombre que querés a tu lado. Algunas cualidades (que te quiera y te respete, por ejemplo) son indispensables, mientras que otras se pueden negociar (que sea ordenado o puntual)”, explica Rivadeneira. El objetivo es que tu futuro marido tenga todas las características que considerás imprescindibles y algunas de las negociables, y no a la inversa.
Tené muy en cuenta que nadie es perfecto, pero tampoco es cuestión de ser demasiado indulgente. Al examinar sus cualidades, observá los puntos oscuros que encierran y pensá si vas a poder tolerarlos. Te puede encantar que él tenga una prometedora carrera como asesor de empresas, por ejemplo, pero eso implica que viaje con muchísima frecuencia. ¿Su éxito profesional va a compensar sus ausencias en tu vida cotidiana? Si tenés un grupo grande de amigos, quizá no sea grave, pero si sos de las que prefieren quedarse en casa viendo una peli abrazada a su chico, no te va a hacer feliz casarte con un hombre que viaja la mayor parte del tiempo.
Dejá de fantasear con lo que será y miralo tal como es hoy
¿Así que está haciendo un máster y tiene planes firmes de convertirse en el CEO de la empresa en la que trabaja? ¡Genial! Es lógico que estés fascinada, pero no pierdas de vista lo importante. “Te vas a casar con el chico que tenés enfrente en este momento, no con el hombre en el que se puede llegar a convertir algún día”, dice la terapeuta de parejas Jennifer Gauvain, coautora del libro How Not to Marry The Wrong Guy (Cómo no casarse con el hombre equivocado). “Es buenísimo sentirse atraída por lo que a él le apasiona, porque de eso se trata una pareja. Pero no podés quedarte enganchada con la proyección de una carrera exitosa ni con su potencial financiero”, agrega esta especialista. Aceptá la posibilidad de que el resto del mundo no esté tan convencido como vos de las capacidades y del talento de tu novio.
No te conviene actuar en función de lo que está más allá del acá y del ahora. “Cuando la brecha entre lo que uno desea que sea el otro y la realidad es muy grande, la frustración también lo es. Cuando se ponen los pies sobre la tierra y se ve que ese hombre no es el ‘príncipe azul’, gana la decepción. Esa es una de las principales causas de desavenencias en las parejas”, asegura Passini.
Si las preocupaciones financieras dominan tu búsqueda sentimental, clavá los frenos ya mismo. De acuerdo con Gauvain, el deseo de tener una situación económica estable y segura es una de las principales razones por las que muchas mujeres se enganchan con el tipo incorrecto. “Algunas me han confesado que se casaron porque pensaron que compartir los gastos y los ingresos podría facilitarles la vida”, asegura la especialista.
Tené cuidado con su dinámica familiar
¿Tu futuro marido es muy apegado a sus parientes? Entonces, no solo te vas a casar con él sino con todo el combo. Aunque por ahora mantengas alejados a tus suegros y a tus cuñados, su entorno va a jugar un rol protagónico en tu vida una vez que luzcas una alianza en tu dedo anular. No solo van a ocupar una mesa central en tu fiesta de casamiento, sino que pueden sumarse a tus próximas vacaciones, aparecer en la sala de preparto cuando estés por dar a luz a tus hijos o instalarse durante horas en tu sofá cada fin de semana.
“No es necesario que se lleven de maravillas con todos los integrantes de la familia del otro, pero sí que los dos coincidan respecto a qué lugar les van a dar en su futura vida en común. Observá sus costumbres familiares, cada cuánto él ve a los suyos y cómo se comunican entre sí”, dice Gauvain.
Si vos y los tuyos acostumbran reunirse a almorzar todos los domingos al mediodía, y tu chico solo ve a sus parientes en Navidad, es evidente que tienen ideas muy distintas de lo que implica la familia y probablemente eso les traiga inconvenientes en el futuro.
De todos m dos, esto no significa que tenés que descartar a tu candidato, sino que es necesario que charlen el tema y lleguen a un acuerdo. “Te conviene fijar las reglas de juego de antemano para no llevarse sorpresas en el futuro”, recomienda Passini.
Si él tiene a sus padres y hermanos en un pedestal, es probable que en el futuro surjan problemas. “No es necesario que coincidas con ellos todas las veces, pero no estará bien que él privilegie siempre a su familia ni que se ponga del lado de sus parientes en cada discusión. Cada uno tiene que darle prioridad al otro”, dice Gauvain.
Si no hay química, ¡olvidate!
Ya conocés la importancia de los valores y las creencias compartidas. Bueno, tampoco tenés que descuidar la ley fundamental: en la pareja tiene que haber piel. “En tiempos de crisis financieras, algunas mujeres se convencen a sí mismas de que la estabilidad económica es más importante que la atracción y la pasión. Pero eso no es cierto: para que una pareja funcione se necesita química”, afirma Gauvain.
Por supuesto: después de estar juntos durante años, no van a correr a sacarse la ropa como desesperados cada vez que llegan a la casa, pero siempre deben tener ganas de probar nuevas cosas en la cama. “El buen sexo y el amor conforman una fórmula muy importante para que la pareja se sostenga a lo largo del tiempo: una cosa retroalimenta a la otra. Si a esto se le suma respeto, reglas de convivencia adecuadas y equidad de responsabilidades, tenemos una excelente pareja con muchos años por delante”, asegura Rivadeneira.
Sacate de la cabeza que se te va el tren
“La mayoría de las mujeres admite que existe una edad ideal para casarse”, dice Gauvain ¿Vos también lo creés? Cuando ese número mágico está relacionado con tu reloj biológico o con una multiplicidad de factores externos (como la edad que tenían tus amigas cuando dieron el sí), vas a sentir una enorme presión. De esta manera, corrés un alto riesgo de casarte con el hombre equivocado con tal de hacerlo antes de cruzar ese límite calendario que vos misma te impusiste.
“Si una mujer siente que está en ‘tiempo de descuento’, tiene mayores posibilidades de conformarse con el hombre menos indicado. Como tiene miedo de estar perdiendo su última oportunidad, aguanta a tipos a los que de otra forma ni miraría”, explica Gauvain.
Para estar segura de que estos miedos no están dominando tus decisiones, preguntatesi seguirías estando con él si tuvieras cinco o diez años menos. Si tu respuesta no es un decidido “sí, por supuesto”, significa que estás con él porque te carcomen la urgencia y la preocupación por llegar cuanto antes al altar. Cuidado: puede que no estés eligiendo libremente a tu hombre.
Por otro lado, si te morís de ganas de tener hijos y corrés detrás de cualquiera para “engancharlo” y convertirlo en el padre de tus bebés, sabé que el concepto tradicional de la maternidad pasó a mejor vida, junto con la videocasetera. Hoy nadie se escandalizaría si recurrieras a un amigo o a un banco de esperma para quedar embarazada o si fueras madre soltera. “Las mujeres tienen que tener la confianza de que los hijos llegarán de un modo u otro. Casarse con el tipo incorrecto no es el mejor modo de lograrlo”, concluye Jennifer Gauvain.
Fuente: Cosmopolitan
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