No es la primera vez que insistimos en que la piel de los labios es mucho más delicada junto con la del contorno de los ojos que el resto. Y sus problemas se acentúan, ¡y mucho!, con el paso del tiempo, debido, en gran medida, a que la mucosa labial pierde volumen. Y, para aumentar el problema, los gestos continuos de la boca hacen que a partir de los 40, los labios se vean mucho más delgados y, poco después, comiencen a aparecer las llamadas arrugas de ‘código de barras’.Enemigo 'número uno'. Sin duda, si hay algo que le venga mal a la piel de nuestros labios, es el tabaco. Tanto por la nicotina, que ahoga el tejido y lo inunda de radicales libres, como por el gesto de aspirar el cigarrillo, que potencia enormemente esas arrugas.
¿Qué hacer? El tratamiento imprescindible es la hidratación, ¡hasta el aburrimiento! Es la mejor forma de compensar la falta de glándulas sebáceas de los labios. Lo más nuevo son los productos volumizadores, que por un lado estimulan la microcirculación, llevando así más sangre a la zona y, por otro, tienen activos que, al contacto con la humedad de la boca, se hinchan y aumentan de tamaño.
¿Hay una alternativa estética? Las infiltraciones con materiales semipermanentes en el borde del labio superior suavizan ligeramente las primeras arruguitas. Cuando éstas ya son más profundas, es más conveniente algún sistema ablativo, que quita capas de piel, como el láser.
