Como norma solemos utilizar las diferentes mascarillas que encontramos en el mercado para hidratar el cuero cabelludo, pero en verano, al encontrarse el pelo mucho más débil a causa de los agentes antes descritos, este tipo de productos químicos puede tener un efecto no demasiado bueno en el pelo. Por ello lo mejor es la aplicación de productos naturales que respeten el ph de la piel y del cabello. Para esta ocasión elegiremos el aceite de oliva y la miel, que nos aportarán hidratación y vitaminas al pelo, algo que es necesario para reponerlo del sol y sus efectos.
Para la preparación de esta mascarilla simplemente debemos mezclar tres partes de aceite de oliva por una de miel, es decir, podemos poner una cucharada de miel frente a tres de aceite de oliva. Mezclaremos muy bien los ingredientes hasta que se quede una masa compacta. Para aumentar al máximo las propiedades y los principios activos de esta mascarilla lo que haremos será dejarla fermentar durante unas veinticuatro horas antes de aplicarla a nuestro cabello. Una vez esté preparada debemos aplicarla con el cabello húmedo después de haberlo limpiado previamente con un champú suave que respete en todo momento el cabello.
Cuando hayamos aplicado la mezcla lo que haremos será dejarla unos quince minutos para que actúe y consiga hidratar a la perfección el cabello y el cuero cabelludo. Una vez se haya pasado este tiempo lo que haremos será aclarar la mezcla y volver a limpiar la cabeza para eliminar todos los restos del aceite y así evitar un engrase excesivo del cabello. Esta mascarilla nos servirá para recuperar la suavidad y flexibilidad del cabello. Además de fortalecerlo, ya que el aporte vitamínico es muy alto y con ello conseguiremos mantener todo el cabello perfecto desde la raíz hasta las puntas. Aunque suene a nuncio es así, y nosotros debemos esforzarnos en conseguirlo.