Aunque parezca obvio, no todo el mundo cae en la cuenta de que no es conveniente acudir por primera vez a un centro de belleza justo antes de una ocasión importante. Y es que cuanto más importante es verse y sentirse guapa, -bodas, fiestas, presentaciones de trabajo…- más fácil es sentirse tentada a probar tratamientos novedosos.
Sin embargo, nunca hay que descartar la posibilidad de que un tratamiento estético, por eficaz o probado que esté, provoque una reacción alérgica o de una irritación. ¡Y sería mala pata que lo hiciera justo antes de esas fechas tan importantes! Conviene actuar dejando un periodo de seguridad a la piel, dos semanas que sean una especie de “garantía”. Para ello, basta con programar tratamientos, masajes, faciales o demás mimos estéticos con al menos 15 días de antelación al “día D” y así contar con tiempo de sobra para arreglar posibles entuertos.
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