Sentis picazón. Los pezones suelen picar por diferentes causas: su piel finita es sensible a las telas sintéticas de tus corpiños así como a los residuos de jabón para lavar la ropa. Alivialos usando corpiños de puro algodón (permiten que tu piel respire y esté menos irritada), usando un jabón más suave y poniéndote crema humectante después de ducharte y antes de dormir.
Apunta en diferente dirección. Así como tus lolas no son probablemente del mismo tamaño o forma, tus pezones también pueden “mirar” hacia lados diferentes: uno apunta hacia arriba mientras que el otro mira hacia abajo. No te preocupes, a menos que hayan cambiado repentinamente, lo que podría deberse a un crecimiento anormal. Si notas un aspecto no habitual en esto, no dejes de consultar con tu médico.
¿Es normal o no?
Tener más hambre que el habitual
No es normal que de golpe tengas más ganas de comer: el estrés es la causa más probable. “Hay gente que calma su ansiedad comiendo, pero eso es como doparse con comida. Además, en cuanto la digestión se haya realizado, la preocupación y la ansiedad regresan y se suman a la culpa de haber comido mal”, explica el doctor César Durán, médico clínico especialista en Nutrición. Una razón más seria de tu apetito voraz puede ser que estés desarrollado diabetes, que te hace comer porque tu cuerpo metaboliza mal la glucosa, y eso produce falta de energía, decaimiento y hambre. Si tenés dudas consultá siempre a tu médico.