La situación económica no está bien para nadie, pero, días mejores
vendrán. Mientras no llegan, tenemos que ajustar el presupuesto mensual
destinado a la belleza. Yo, por ejemplo, iba semanalmente a la manicura y ahora cuido mis uñas en casa.
La
peluquería también es algo que fue tachado de la lista de muchas
mujeres como algo superfluo para estos momentos. Muchas chicas
redujeran las visitas a su peluquera favorita y arriesgan a probar
cambios de look en la comodidad del hogar. El problema es que ni siempre
los resultados son buenos. Como decía la abuela “El barato, sale caro”.
Para que puedas sentirse guapa, pese a la falta de dinero, te dejo con algunas ideas prácticas para cuando vayas a la peluquería.
Si quieres cambiar el look, pero no tienes mucho dinero
para cortes, tintes y peinados más elaborados, apuesta en tu flequillo.
Así no pagarás el valor de un corte completo e irás a casa con otra
cara.
Si quieres teñir el pelo, utiliza técnicas más duraderas,
que no exijan retoque mensualmente. Las mechas californianas, por
ejemplo, son tendencia y necesitarás volver a la peluquería solo después
de los tres meses.
Si la peluquera ofrecerte lavaje o
hidratación, rechaza. Por el precio que pagarás en este servicio en la
peluquería, podrás comprar buenos productos para lavar e hidratar tu
pelo en casa (y varias veces).
¿Y la manicura? Como te comenté al principio de este post, lo suyo es que aprendas a cuidar las uñas en casa. Si no te gusta nada la idea, puedes aprovechar las ofertas de las manicuras y darte el capricho siempre que puedas, así será mas fácil mantener las uñas bien cuidadas después.
Hay muchos centros de belleza
que también son escuelas. Allí los alumnos, bajo la supervisor de un
profesor, hacen los servicios por un precio muy barato. En Madrid, yo
frecuentaba una escuela que me cobraba 3 euros por la manicura.
Obviamente no quedan perfectas como si hechas por una profesional, pero
seguramente mejor de lo que haríamos nosotras.