Muchas mujeres odian pasar mucho tiempo frente al espejo para maquillarse o, simplemente, están demasiado ocupadas para ello. Para muchas, el maquillaje permanente es una buena solución.Imagina levantarte de la cama y estar lista para salir a la calle, este es el motivo por el que mucha gente se decanta por el maquillaje permanente. Otra, sin embargo, piensa que el rostro natural es clave en la belleza femenina.
¿En qué consiste?
El maquillaje permanente consiste en pigmentar la piel a través de inyecciones que se realizan con agujas muy finas sobre la superficie de la dermis.
Se elige la zona, el color adecuado y es necesario buscar un sitio que nos asegure máximas condiciones de higiene. Suele durar entre dos y cuatro años, con pequeños retoques.
¿En qué partes se hace?
La raya del ojo y el contorno de los labios son las peticiones más populares. Sin embargo, también se hace sobre las cejas, sobre cicatrices e, incluso, sobre las aureolas mamarias si se ha sufrido una operación de pecho.
Ventajas
Si el maquillaje permanente lo hace un profesional y en un sitio con todas las condiciones de higiene y seguridad, el resultado es un maquillaje natural que puede ser muy favorecedor.
Aplicado como eye liner logra realzar la mirada y lucir ese aspecto todo el tiempo. Sobre los labios puede disimular y corregir pequeñas imperfecciones, aumentar su contorno y disimular pequeñas diferencias de grosor, por ejemplo.
En el caso de las cejas, hay personas que las tienen muy desdibujadas. En esas personas el maquillaje permanente puede darle a la ceja la forma deseada y remarcar la mirada.
Se trata de un procedimiento que, como todo tratamiento estético de este tipo, conlleva una serie de riesgos o inconvenientes y, no debemos olvidar, que no todos los tipos de piel son iguales, por lo que es fundamental consultar primero a un dermatólogo.
