
Es importante que no te humedezcas los labios con la lengua cuando los sientas secos: el alivio es sólo temporal y, por si fuera poco, falso, ya que cuando se evapora la saliva, los labios quedan aún más secos.
La norma parece clara: mantenerlos hidratados es básico. Lleva siempre a mano una vaselina o cacao, sobre todo en climas secos o cuando hace viento.
Usa labiales muy cremosos, evitando las fórmulas de larga duración, que suelen ser menos emolientes.
Si quieres, puedes usar un cepillo de dientes viejo para, cada noche, frotar con ellos los labios para así ejercer una suave exfoliación que ayude a eliminar los pellejitos. Sin embargo, en ocasiones esta medida resulta demasiado agresiva, y basta con frotar la piel de los labios con una toalla.