Extremadamente fina y sin apenas glándulas sebáceas. Así es la piel del contorno de los ojos, una zona muy frágil. Y, además, en ella las arrugas hacen acto de presencia casi antes que en cualquier otra zona. Te vamos a intentar ayudar a cuidarla desvelándote quiénes son dos de sus principales enemigos y, por el contrario, cuáles son dos de sus mejores aliados.
Sus enemigos
-El sol. Ejerce un doble daño: Por un lado, la radiación ultravioleta degrada el colágeno y la elastina y, por otro, la luz provoca que se guiñen los ojos, lo que favorece la aparición de arrugas. Es importante usar gafas de sol que ofrezcan una protección eficaz y que cubran la mayor área de piel posible.
-El tabaco. La nicotina ataca la oxigenación de las células y desata una auténtica tormenta de radicales libres. Por si eso fuera poco, el humo de los cigarrillos hace que guiñemos los ojos de forma constante, lo que no sirve más que para crear arrugas.
Sus aliados
-Las cremas específicas para esta área. La falta de cuidados se traduce en una piel deshidratada y, por tanto, apergaminada. No hay que olvidar usar una crema en esta zona mucho antes de que aparezca la primera marca de la edad. No pasa nada por usar el tratamiento habitual en el contorno de los ojos, pero es preferible usar un producto específico. Al tener menos grasa que las cremas faciales, se corre menor riesgo de irritación del globo ocular en caso de que entre el producto en los ojos. Igualmente, algunas fórmulas de rostro son demasiado pesadas para los párpados, lo que puede traducirse en bolsas.
-Los desmaquillantes. Conviene desmaquillar los ojos con productos específicos, que permitan eliminar sombras y máscara sin tirones y con suavidad, para no dañar el tejido cutáneo.