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28 junio 2010

¿Él les tira los galgos a todas?

Ciertos hombres te desnudan con los ojos desde la otra punta del bar, te susurran al oído “estás preciosa” y hacen todo lo que está a su alcance para que te sientas sexy y deseable. Claro que una cosa es tener a uno de estos ejemplares de “pretendiente”, y otra muy distinta es ponerte de novia con un “conquistador serial”. ¿Cuál es el gran riesgo? Aunque estén en pareja con vos, estos tipos son capaces de “galguear” a otras mujeres en tus narices.Y algo así seguramente te hará sentir celosa, subestimada y hasta poco valiosa.

En su libro El complejo de Casanova, el periodista e investigador Peter Trachtenberg califica a esta clase de varones como “seductores compulsivos”. Los define como personas habituadas a los encuentros de una noche, a los romances fallidos y a los matrimonios rotos.

“Continuamente dan por terminadas sus relaciones sentimentales y son cróni camente polígamos o infieles”, dice el autor. Trachtenberg asegura que estos donjuanes buscan ciertas emociones que les den sentido a sus vidas: su meta es jugar, evadirse y conquistar a todas las damas que puedan.“Para ellos, las mujeres son intercambiables y se dividen entre las que hay que perseguir y aquellas de las que hay que huir”, explica.

¿Peras al olmo?

No hay definición que te salve de caer en los brazos de un seductor compulsivo. Leticia*, una periodista de 31 años, perdió la paciencia con su novio antes de cumplir el primer año de relación. “Noté que él se mostraba encantador con otras mujeres, pero conmigo era muy poco comunicativo. Me puse loca de celos. Cuando traté de conversarlo con él, me dijo que yo deliraba, porque él solo se portaba como un caballero. Entendí que si seguía con él iba a condenarme a vivir siempre así, y decidí cortar”, dice Leticia.

¿Cuántas mujeres tienen la misma claridad que ella? “Pensá si ese estilo tan seductor no fue lo que te gustó de él. En ese caso, ¿es justo pedirle que modifique su personalidad? Sostener una pareja en esos términos es casi imposible: no se puede aceptar una relación bajo la esperanza de que el otro cambie”, asegura el psicólogo Marcelo Passini, de la Fundación Foro.

Por qué es así

La conquista forma parte de un instinto humano básico: si no expresáramos interés por el sexo opuesto no podríamos reproducirnos, y la humanidad se extinguiría. “Como sucede con cualquier otra actividad humana, la seducción está gobernada por un listado de leyes no escritas. Estas reglas tienden a alertarnos cuando alguien rompe la etiqueta, flirteando con la persona equivocada o en un momento o lugar inapropiados”, explica Tracey Cox, autora del libro Superflirt (Superflirteo).

Hay niveles en los que el flirteo puede ser una diversión inocua: solo busca satisfacer cierta necesidad de atención y de reconocimiento. En ese caso, que otra mujer le dedique a tu chico una mirada de admiración puede aumentar tu autoestima al hacerte sentir que estás junto a un hombre deseado. La mayoría de nosotras se banca que un novio se muestre encantador con otras mujeres, pero en algún momento quizá percibamos que él cruzó un límite. Si las seduce en nuestra presencia (con la intención explícita de llevarse a algunaa la cama), eso puede ser tan humillante como devastador. “No es lo mismo que te cuenten que tu novio es un seductor que ver cómo él seduce a otra delante de vos. Salvo que sea un juego compartido y consensuado, vos no tenés por qué ser testigo de sus conquistas”, dice la psicoanalista Lidia Pensa.

¿Cómo hacer para diferenciar entre un seductor “inocuo” y uno serial? No hay manuales. La mejor guía que podés tener es tu propia experiencia. Es necesario que hayas pasado por relaciones de pareja para que tengas muy claro qué actitudes no tolerás. Analía, una gerente de ventas de 33 años, tuvo un breve romance con un colega en un viaje de trabajo. “Él está muy fuerte, es inteligente y tiene un sentido del humor bastante agudo: podría ser el hombreperfecto. El problema es que las mujeres lo superan: las adora a todas. Por eso no quise continuar la historia cuando regresamos a Buenos Aires. Prefiero que el hombre que esté conmigo no sea deseado por todas”, explica Analía.

Reaccioná a tiempo

En principio, no hay nada malo en seducir: lo que pesa es la intención. Si tu chico intenta levantarse a otra mujer significa que hay problemas en la relación. Si a él no le importa que te pongas celosa y te angusties, es porque no tiene ningún empacho en dañarte. En ese caso es fundamental que te defiendas y hables con él. Contale cómo te hace sentir su comportamiento y explicale de qué manera preferirías que él actuara cuando están juntos. En síntesis: dejaleen claro qué soportás y qué no. Y mantenete absolutamente firme con tus palabras. De lo contrario, él va a manipularte a su antojo.

Si no puede registrar tus sentimientos o no llegan a un acuerdo, preguntate si vale la pena continuar en una relación donde los sentimientos no se tienen en cuenta. Tambiénes fundamental que evalúes qué pretendés de tu chico: ¿Esperás que cambie un comportamiento que tiene desde los quince años? Quizá sea un error. “La idea de que podés colonizar a otra persona es errónea. Es muy difícil que tu pareja cambie solo porque vos se lo pedís. Si querés otro tipo de hombre a tu lado, quizá debas buscar, literalmente, otro hombre”, asegura Pensa.

“Él ya no es así”

Ojo: también hay casos excepcionales, en los que un varón efectivamente cambia.“Hace tres años, cuando nos conocimos, mi novio era un militante de las polleras: pierna que veía, pierna que seguía. Creo que en cierto grado eso era parte de su atractivo: él sabía que era seductor. Al comienzo de la relación, él miraba a otras mujeres y hasta silbaba desde el auto a las que iban caminando por la calle... cuando yo estaba con él. Aunque no soy celosa y me sentía segura, me parecía excesivo lo que hacía. Le dije que era un papelón, que quedaba como un baboso. Y terminó por ubicarse”, dice Laura, una empleada administrativa de 29 años.

Por eso, más allá de las actitudes que tenga tu chico, fijate cuál es el mensaje de su conducta (¿querrá decirte que no le importás demasiado?) y cómo evoluciona con el paso del tiempo. Y, por sobre todas las cosas, tené en cuenta cómo te afecta.