No podríamos encontrar nunca ninguna cosa sucia en Megan Fox porque ella confiesa que tiene obsesión por los gérmenes y prefiere mantenerlos muy lejos de su vida. Eso es lo que cuenta en su aparición en la revista Allure.
Megan ha estado muy callada últimamente, pero a mí me encanta cuando la entrevistan porque dice cosas que parece no haber meditado mucho y los resulados son muy graciosos. Tal vez dice cosas que otras artistas evitan mencionar para que no las tachen de locas aunque a ella a veces sí le preocupa que mostrar su agudo sentido del humor no siempre sea muy bien interpretado.
Pero Megan no está loca, es bastante inteligente y tener cierta obsesión con los baños públicos y los cubiertos de los restaurantes, no es tan exagerado, he visto casos peores. Otra de sus curiosidades es que no le gusta cocinar y podría pasarse una semana sin comer antes que cocinar.
No es nada común Megan Fox, ni adicta a los paparazzis y a veces creo que la polémica que genera es involuntaria y por eso se me hace un personaje fascinante.